sábado, 19 de mayo de 2018

Košarka a la vista (II): Musitaciones y retorcijones

Uptown Mamba. 12 minutos y a la lona. KO. Bobby “el redentor” solo conoce de momentos de efervescencia, aquellos que conectan con las entrañas de la grada, la simbiosis que ya vivió en Karsiyaka. Justo recién aterrizado el Pangos más descarado -un 0 a 11 de parcial liderado por sus 13 puntos en el cuarto- , llevando a lomos a Lietuva entera, Sarunas vaso comunicante, motivador y estratega. Zeljko, conocedor de sus recovecos, tejió de araña la cancha, maniató con trampas, cercenó de cuajo la conexión base & pivot desde Kaunas. 12 de los primeros 22 anotados por los bálticos cual reloj de arena de 1 en 1 fueron sumados. La inspiración repentina  de Gigi, las pantallas de Vesely y la omnipresencia de Nicoló Melli perpetraron el break más indisimulado. Porque Zalgiris no claudicó, al menos no tan rápido como indicaba la lógica y el resultado, gen lituano.




Arrurú, hijita mía,
Querida mía,
¿Cuántas veces durante el día,
Ya te levanté?
Ya te levanté y llevé,
Te puse en la cuna.
Arrurú, hijita mía,
Querida mía,
Crece pronto,
Hijita mía,
Arrurú, hijita mía,
Querida mía.





En el blanco infinito,
nieve, nardo y salina,
perdió su fantasía.

El color blanco, anda,
sobre una muda alfombra
de plumas de paloma.

Sin ojos ni ademán,
inmóvil sufre un sueño.
Pero tiembla por dentro.

En el blanco infinito,
¡qué pura y larga herida
dejó su fantasía!

En el blanco infinito.
Nieve. Nardo. Salina.

(Federico García Lorca)


Es como si Pablo Laso se sintiera ya de gala a un año de la cita en casa. El blanco infinito inundó Belgrado como lo hacía antaño. De la temida guarnición del coronel Itoudis, ni rastro. Cariacontecido Nando, y flaqueando en la retaguardia el Chacho, le quedaba el consuelo de encomendarse a Higgins y Clyburn. Sin Vorontsevich para abrir el campo, el duelo no tardó en decantarse de inmaculado blanco por el buen hacer de Tavares y Ayón bajo el aro. Funcionó la intimidación del caboverdiano en el último cuarto. Junto a una nueva reivindicación de Trey Thompkins en el momento álgido. Añejo blanco. Rotación excelsa en que cada cual aportó de lo que él se espera. Monsieur Causeur, clarividencia por montera.


Unos susurran en secreto para continuar en el torneo. A otros, un dolor agudo de tripas les abandonó a las puertas del cielo. Y todo se resume "behind the rainbow". A lo que se reducirá la final de mañana en Belgrado. Al acierto desde más allá del arco. Ya nos lo decía Ritchie Blackmore. Agárralo ¡Agárralo con fuerza!




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